10 de octubre de 2011

Y USTED?


Si usted es parte de los que se refieren a la gran mayoría de los habitantes de este país como “unos indios de mierda”, pues debo decirle que su súbita adhesión a la causa de los indígenas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure es, lo menos que se puede decir, sospechosa.

Si usted era de los que apoyaba fervientemente en anteriores gobiernos las intervenciones policiales y militares a las marchas y bloqueos protagonizados por los movimientos sociales, argumentando que esa gentuza tenía bien merecido el palo y las balas, porque con esa actitud estaban atentando contra el progreso, el desarrollo y la libertad de otras personas, entonces su espanto e indignación ante la última intervención a la marcha bien podría ser considerado un flagrante acto de hipocresía.

Si a usted, en su momento, le pareció una payasada la Cumbre Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra realizada en Cochabamba hace poco más de un año y medio, pues le cuento que los postulados allí planteados son la base y el sustento de las demandas de los marchistas que ahora usted apoya con tanto ahínco.

Si usted también se burló de la posición de Evo Morales en la Cumbre del Clima de Cancún, señalándolo como el hazmerreír del mundo por haber denunciado que los acuerdos eran insuficientes e inadmisibles, y ahora enarbola las más radicales banderas del ecologismo, pues no le vendría mal una visita a su psiquiatra.

Si usted es el típico consumista acumulador que cree que todos los países de la periferia deberíamos apuntar a los mismos patrones de comportamiento suicida de los países del primer mundo, pues déjeme decirle: la pirueta con salto mortal que ha dado para situarse rápidamente en el campo del ecologismo nos ha deslumbrado a todos.

Si usted, en su vida cotidiana, es de los que va dejando detrás suyo un reguero de desechos plásticos, se da duchas de media hora, tiene dos autos de gran cilindrada en su garaje, prende la chimenea cada dos por tres para impresionar a sus invitados, y ahora, al calor de la coyuntura, se muestra como un verde furibundo, pues lamento decirle que no sólo nos está engañando a todos, sino que se está engañando a usted mismo.

Si usted es una de esas damas copetudas del Comité Cívico Femenino cruceño y coincide extrañamente en la misma vigilia con hippientas y zaparrastrosas activistas de izquierda, pues mínimamente debería preguntarse, qué diablos le está pasando.

Si usted es un terrateniente que en el pasado cercanísimo avasalló, esclavizó y reprimió a los indígenas, persiguió a miembros de ONG que defendían sus derechos, y ahora se moviliza públicamente en campañas solidarias con los habitantes del TINIS, pues bueno, usted no tiene salvación, pues es un cínico sinvergüenza.

Si usted es de los que siempre estuvo convencido de que detrás de todas las movilizaciones populares están las manos ocultas del chavismo, del castrismo y de todos los demonios del Eje del Mal, ¿por qué se siente tan cómodo apoyando esta marcha en particular?

Si usted, en definitiva, nunca reconoció los derechos alcanzados por los indígenas en la nueva Constitución Política del Estado y se declaró siempre un crítico del proceso constituyente, pues entonces mi amigo su solidaridad con la marcha revela un oportunismo político, que en el fondo no hará más que intoxicar las causas y la lucha de los afectados.



Ilya Fortún es comunicador social.

ilyafortun.blogspot.com